lunes, 14 de mayo de 2012

¿QUIERES SER MANCHESTER CITY ?

( ¿Quieres ser John Malkovich ? +  Manchester City campeon 2011-2012 )



"cada segundo es mayor el número de  fanáticos que quieren olvidar la amargura de ser hincha de  un club sin  un memorable presente y enfundarse la elástica  que hoy es sinónimo de victoria"


Yo, sinceramente no. El sueño que ofrece la compañía Abu Dhabi United Group no me cautiva, muy a pesar de que a millones de personas en el mundo les atrae esta quimera


Funciona de la siguiente manera: por una módica suma que en este caso es tu seguimiento incondicional al club, o por lo menos durante su época de vacas gordas, ellos te dan la oportunidad de pertenecer a una estirpe que augura victoria, meterte en la piel de una hinchada que respalda a un club absurdamente multimillonario es una propuesta prácticamente irrechazable, sobre todo en épocas donde el dinero busca ser sinónimo de títulos. Real Madrid y Paris st Germain, a pesar de tener historia, ofrecen productos similares, pero no con el impacto mediático que ostenta el conjunto Citizen desde hace escasas horas 


Ese impacto es consecución del primer gran título que obtiene el capital Árabe en tierras inglesas, y es obvio que la demanda de la firma “ciudadana” se está disparando en estos momentos. Ese túnel que conduce a  la gloria momentánea de celebrar el triunfo esta a reventar. Todos quieren los 15 minutos mágicos que les prometen al ser Manchester City, al ponerse la camiseta del triunfo y celebrar junto a otros tantos, así sea de forma artificial 


Seguro que cada uno de los que se involucra en este viaje por tan diminuta puerta tiene motivaciones distintas. Van desde el aficionado ansiosos de victoria que busca la forma de llegar el lunes a la oficina a presumir que “su equipo” venció al del empleado del cubículo de al lado, continúan por la  del jugador, llámese  Agüero, Clichy o Nasri, cualquiera  que declare lealtad a su anterior club pero que con el profundo deseo de alzar títulos sean capaces de cambiar cuanto hincha los ha idolatrado por integrar el plantel vencedor. Siguen en Mancini, prodigioso y estético como futbolista, rustico y resultadista como entrenador. E incluso  llegara a algún periodista deportivo, que pide tiquete para subirse al bus del triunfo pero que hace un mes compraba boletos para abordar el bólido rojo porque creyó que ese era el vencedor


Nada de eso importa, el sueño ofrecido por la entidad Blue es una maravilla hecha realidad, es muy fácil hacer fila para sumergirse en la experiencia de ser Manchester City. Deja a un lado tu equipo de infancia y promulga fidelidad al nuevo rico de la Premier League, olvida los refuerzos inservibles y únete al club con el mejor poder adquisitivo del planeta, guarda tus viejas camisetas ausentes de estrellas y ponte casacas que recen en su espalda nombres como Toure, Silva o Balotelli


Por supuesto que lo que ofrecen los ciudadanos no es nuevo en el mercado pues hace 2 años lo ofertaba el Barcelona, hace 5 el Manchester United y hace 10 el Real Madrid. Pero el nicho de este mercado es claro, te quieren a ti hincha del equipo de moda, seguidor que cambias constantemente de club de acuerdo a las circunstancias, admirador del momento y de presupuestos. Los 15 minutos que en aquella película de 1999 representaban estar en el cuerpo del actor John Malkovich aquí se hacen valer a través de  una simple premisa, apoyar al ganador, y el ganador hoy no es otro que el Manchester City


La hazaña conseguida ayer, de forma épica y dramática, ha sido un condimento más que perfecto para  que los consumidores del City of Manchester suban como espuma, la larga lista de espera  para encarnar los ideales celestes se engrosa con el correr de las horas, cada segundo es mayor el número de  fanáticos que quieren olvidar la amargura de ser hincha de  un club sin  un memorable presente y enfundarse la elástica  que hoy es sinónimo de victoria.


Y tu ¿Quieres ser Manchester City?

7 AÑOS EN EL LIMBO

( Siete años en el Tibet + Juventus campeón 2011-2012 )

"No serán recordadas  con agrado las batutas que Ranieri, Zaccheroni, Ferrara o Del Neri  quisieron imponer  pues ninguna ahondó en el corazón del seguidor Bianconero  que cada vez se cansaba más de ser un espectador  en un duelo de liga que le era ajeno"



Octubre de 1997. La historia de resarcimiento del montañista austriaco Heinrich Harrer es llevada a la pantalla gracias a la labor del director francés Jean Jacques Annaud y de la figura en ascenso, el actor Brad Pitt. Aun cuando la producción contaba con un presupuesto de 70 millones de dólares y valores claves como unos de los actores mas codiciados de Hollywood, un director reconocido por su enorme capacidad artística y un escenario majestuoso como lo es la región de Mendoza, en Argentina, la recaudación de taquilla, medidor de éxito o fracaso en esta industria, etiqueto a la cinta con el desdeñable rotulo de la derrota
Meses antes y varios kilómetros a lo lejos, un ejército Turinés conducido por otro francés, un tal Zinedine Zidane, se quedaba a puertas de la gloria en la cita mas importante del futbol Europeo, la final de la Champios League, la cual perdería  contra el Borussia Dortmound Alemán. De nada sirvió tener argumentos tan fuertes como los suponían en su época Boksic, Vieri, Del Piero o Deschamps para sucumbir ante el panzer teutón y al igual que la película de Annaud cobijarse con el manto de a derrota

Porque esta Juventus que hace escasos días se ha coronado campeona de la Serie  A, ha recorrido un periplo similar al de Heinrich Harrer, aquel hombre que con maleta al hombro confronto sus errores en un largo y tortuoso peregrinaje por la región del Tíbet para reinventarse y asumir la pérdida total de todo lo que le definía, todo en pro de un resurgimiento
Ese Tíbet simbólico que para la disciplina Bianconera ha sido un cumulo de 7 años de caídas, los mismos que el Austriaco duro en tierras del Dalai Lama, ha servido en demasía a un club que comenzó su descenso al averno en la temporada 05-06, cuando de la mano del calciopoli, el mayor escándalo en la historia del fútbol azurro, el conjunto del norte de Italia vio como sus dos mas recientes títulos se esfumaban  de su palmarés, y a su vez como se le condenaba al mayor castigo que puede recibir un equipo de fútbol, la perdida de la categoría. Esa cárcel que para Harrer significo estar preso en un campo de concentración ingles en la región de la India, para la Juventus fue el confinamiento a la austera Serie B
En esa prisión, obligado a sobrevivir, tuvo que presenciar como muchos de los que le rodeaban desaparecieron y le hicieron a un lado, y no me refiero al capturado montañista Austriaco, quien recibió el amargo adiós de su esposa estando preso, me refiero al club más laureado de Italia, que fue testigo de la huida en bandada de sus muchos baluartes, pues poco convenció a los Cannavaro, Thuram, Ibrahimovic y otros tantos el asumir con dignidad la purga en esa jaula que les despojaba de prestigio
El escape siempre parecerá la solución, ya que tanto la Vechia Signora como el alpinista de Huttenberg pensaron que la huida de sus respectivos presidios sería el fin de los malos tiempos pero que equivocados estaban, sino que lo diga el andamiaje a La deriva que se estableció en los nativos de Delle Alpi después de huirle al monstruo de la segunda división y regresar a primera.  Estrepitoso choque se llevo la Juve al ver que la hegemonía ostentada hace un par de temporadas  en el rentado local se esfumaba hacia el olvido. Ahora su lugar había sido arrebatado  por alguien más, Un Inter que cimentaba las bases de su era dorada y que usurpo en su ausencia el trono que la Vieja Señora creyó le pertenecía. Con enorme resignación se ve forzada a adaptarse a una nueva realidad, tal cual  debió sentirse ese hombre que huyo de sus carceleros ingleses solo para enterarse que su hijo , a quien había dejado años atrás, no quería saber nada de el, y que su lugar de padre lo había tomado un tipo de apellido Immendorf despojándole del posible vinculo que pudiese tener con aquel niño
No serán recordadas  con agrado las batutas que Ranieri, Zaccheroni, Ferrara o Del Neri  quisieron imponer  pues ninguna ahondó en el corazón del seguidor Bianconero  que cada vez se cansaba más de ser un espectador  en un duelo de liga que le era ajeno. El camino no conducía a ningún lugar, se estaba sin estar y se jugaba sin jugar. La entidad de Turín perdía de a poco ese respeto infundado años atrás, la supremacía Interista  y revelación de Napoli, Udinese o Fiorentina le hacían sombra. Es en esa misma aura de desasosiego  que el protagonista del refugio en el Tíbet  encuentra la figura que revitaliza su significado de vida
No intentemos compararlos, porque sencillamente son dos personas que distan mucho el uno del otro, y de hecho sus proporciones de influencia en esta civilización no son siquiera ecuánimes, pero el impacto que tienen el Dalai Lama en la historia de Harrer como el de Antonio Conte en la agonía Juventina es de similar influencia pues nos encontraremos con dos anclajes los suficientemente fuertes como para transformar el entorno de sus necesitados, uno a base de sabiduría e inocencia, el otro a través de un futbol vistoso y elegante. Tanto el joven Kundun como el ex capitán del linaje de Turín son símbolos que en su determinado momento rompieron con el patrón de desdicha que sus acogidos llevaban. La derrota se esfuma en el instante en que asumen una nueva forma de entender la vida, o en nuestro caso de entender el futbol
Y si la imagen de Heinrich junto a su hijo, imponentes en la cima de un impetuosa montaña al final de la película no deja de ser  poderosa, tampoco carece de fuerza la de los integrantes del plantel Bianconero, apalancado en hombres claves como Buffon, Del Piero, Vidal o Marchissio, quienes entregan el resultado de su lucha durante un largo año, una temporada que ha acabado con titulo en la recamara y trofeo en sus vitrinas.
A final de cuentas ambos han logrado después de un largo sendero de sufrimiento regresar al lugar más anhelado en sus respectivas  mentes, llámese estar junto al hijo que la vida se empeñaba en quitarte o regresar al Olimpo de los ganadores en este hermoso espectáculo llamado futbol.


Porque cada partido es una pelicula distinta.