"Me gasté la mayor parte de mi fortuna en mujeres, alcohol y coches deportivos. El resto lo desperdicié". Frase salida de la genialidad del mítico George Best, el hombre que hace mas de 30 años se ubicaba como un atípico modelo a seguir. Bebedor, mujeriego, pero sobre toda las cosas genial dentro y fuera de la cancha. Sin embargo el problema que tengo con Best no es precisamente sus hilarantes frases, ni su trato con el balón, o su desmedida sinceridad, es el hecho de que después de el mito que se concibió alrededor de el, su posición se ha venido repitiendo de forma descarada por muchos deportistas a los que medios escritos, televisivos y radiales han bautizado de manera poco acertada como "jugadores rebeldes"
Según el diccionario de la Real academia española se define rebelde a la persona falta de obediencia, o que se subleva ante una entidad. Partiendo de tal significado podríamos desglosar un enorme compendio de futbolistas que aparentemente hacen parte de tan selecto grupo
Y porque no comenzar con el rebelde de moda, del que muchas páginas se han escrito en estos días, me refiero al atacante argentino Carlos Tevez, un hombre que a base de contradicciones e insaciable descontento se ha hecho hueco como uno de los mas díscolos jugadores de los últimos tiempos. Contrariando sus decisiones, Carlitos, como reza el dorsal de su camiseta, fue noticia hace poco por la negativa de ingresar al campo de juego, aun cuando técnico e hinchada lo reclamaban, y cuyas imágenes dieron la vuelta al globo terráqueo
Tal comportamiento solo corrobora las acciones de Sir Alex Fergusson, que un par de años atrás prescindió de los servicios del "Apache", aparentemente previendo lo que sería la constante del argentino. Porque de hecho Tevez, con una aun corta carrera, ha conseguido el poco honroso titulo de salir mal de todas las instituciones que ha pisado, lo hizo con Corintihians, con el West Ham, con el United y parece lo hará con el vecino multimillonario. Y salvo su siempre amado Boca Juniors, todo indica que ningún club está cerca de llenar sus exceptivas pero si sus cuentas bancarias haciéndole uno de los jugadores más caros de la actualidad
Joven y en condiciones similares, Mario Balotelli, también jugador de los Citizen, es bien conocido por su carácter díscolo, gracias a episodios como el que protagonizo en la pretemporada del club, o por su renombrada simpatía al Milán cuando militaba para el acérrimo rival, el Inter. Y qué decir del que alguna vez fuera jugador del club precedido por Mancini, me refiero al Craig Bellamy, un atacante cuya fama de revoltoso hizo ahincó en una carrera que prometía más que las peleas en bares que le hicieron famoso
Antonio Cassano, hoy del Milán, tampoco deja inconforme a nadie, o se le quiere o se le odia, no hay término medio hacia "El Bambino", virtuoso media punta cuyas notables marcas de acné no le han impedido ser todo un trasgresor en asuntos futbolísticos, cosa que viene haciendo desde su debut, con gol, ante el Inter de Milán. Cassano, también de corta edad, ya se ha dado el lujo de abandonar clubes como A.S Roma, Real Madrid o Sampdoria, todos bajo un estandarte de indisciplina que mermaron lo que podría ser una carrera mucho más exitosa
Y en esa misma tónica podríamos nombrar a Ariel Ortega, Paul Gascoigne, Ronaldinho Gaucho, Faustino Asprilla, Romario, John Carew, Joey Barton o Roy Keane por mencionar algunos de una amplia lista de profesionales que se han ganado una reputación, una condición de chicos malos como dirían algunos
Sin embargo, igual que en la vida, en el futbol la rebeldía no es una pose premeditada, ni un guiño leve sin mayor repercusión, o una retahíla de comportamientos previsibles que solo buscan llamar la atención. En el peor de los casos un compendio de actitudes banales que rayan en lo supuestamente revolucionario como el hecho de llamar a Cristiano Ronaldo todo un "bad boy"
Rebelde el legendario Paolo Di Canio, ídolo de la Lazio y reconocido por el saludo Fascista que realizo algunas veces como celebración a sus goles, por sus tatuajes alusivos al dictador Benito Mussolini, o por sus nexos con sectores ultraderechistas de la hinchada Biancazzurri. Todas acciones muy cuestionables desde mi óptica pero que realmente reflejan un carácter autentico por encima de los dictámenes futbolísticos
Revolucionario Paul Bretiner, mediocampista Alemán, campeón del mundo, quien paralela a su carrera futbolística llevo una formación de pensamiento e ideología. Fue así desde que se identifico con las convicciones de Izquierda, con el Maoísmo Chino, con la lectura de Marx y con la etiqueta de comunista que le pusieron en España, en una época en que la nación era regida por Franco y su pronunciamiento militar
Insurrecto Matthew Le Tissier, magnifico centrocampista ingles, quien jugó toda su carrera, de manera ininterrumpida, a servicios del modesto Southampton cuando la lógica era que un jugador de su talante y clase militara en un equipo con mayor poderío económico y mediático. "Le God" fue un precursor del amor por los colores que vestía por encima de cualquier otra cosa, un factor que hoy en día muy pocos jugadores tienen en su pensamiento.
E incluso sin remontarnos demasiado en historias poco acordes a nuestra época, el sedicioso ejemplo de Javi Poves, el joven mediocentro del Sporting de Gijón es muestra de un verdadero rebelde del balón. El español que antes de comenzar la temporada en curso antepuso sus ideales por encima del lujo que supone el deporte actual. Renuncio al club, a los coches que les regalaban los patrocinadores, al estilo de vida que le prometía la profesión, todo para saciar una sed interna de viajar por el mundo y corroborar de cerca lo que sus ideas anti sistema le habían descrito, su primera parada será Senegal
Con tales muestras es incoherente querer llamar rebeldes del balón a hombres que lo único trasgresor que hacen es beber hasta el hastió, o insultar a un grupo de hinchas, cuando el termino implicaría acciones más impactantes pero siempre con el estimulo de hacer lo que se cree y no lo que se espera de él. De hecho si lo pensamos, rebelarse es ir en contravía de la opinión aceptada, y bajo esa lógica lo de Lionel Messi es un acto de total rebeldía, la de hacer oídos sordos a gente que no apostaba por un chiquillo con problemas de crecimiento y que hoy es el mejor del mundo. O la gesta de un Liverpool abatido en un primer tiempo por 3 goles, en una final de Liga de Campeones que olía a goleada y que contrariando a una multitud que los daba por vencidos salieron campeones de tal forma que el partido pasaría a la historia
Revolucionario seria encontrar un dirigente que viera más en el futbol una práctica deportiva que una oportunidad de llenarse los bolsillos, rebelde seria el equipo que se negara a vender su nombre, prestigio e historia a un capital dispuesto a monetizarlos. Rebelde seria un futbol pensado mas como deporte y menos como negocio